Entro...
en la memoria pesada con dos pasos,
el primero avanza desde quieto,
el segundo, en quieto se abalanza,
ninguno lleva a ningún lado.
Es el vino
que me espera,
el que me quiere suicidar.
Me olvido en el mal trago,
mi sed solo ve mar,
y mis lagrimas los lagos
que solo lleno al soñar.
Tu...
me digo al oído,
y acaricio con la mano
mi brazo que despierta
me hago sentir vivo.
Ando
sin el rumbo de los ruidos,
y acaricio las estrellas con mis ojos
hasta quedarme...
perdidamente perdido
dentro ...
de una luz que no conozco.
Nada tengo,
nada me queda.
Hago círculos en paz y con mis dedos...
dibujando en propia piel,
para nacerme sin miedos.
Vuelvo del revés...
y son los pies...
los que no tocan mi suelo.
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