Toques en el pecho, de ciertas escaleras, con muescas en los bordes de sus peldaños.
Una sensación-.
La sensación de los tallos que se estiran, (como huesos bajo la piel de los que sueñan...dulce dolor), para hacerse largos, todas y cada una...
de todas las primaveras.
La vez ultima, siempre parece la vez primera.
Podria marchar, en este preciso instante
y hacerme, de nada, dándome las gracias-
pero pueden mas las pequeñas cosas que la verdad de mis ingenuas palabras.
Una vez, me hice largo, peleando con enormes olas, al escuchar unas voces que se agarraron
a la punta de mis brazos y que dejaron a mi cuerpo, casi, casi, sin respiración.
Una vez, sali medio helado de un rio, por escuchar los latidos en ladridos de un perro que se ahogaba en un rincón.
Una vez, y otra mas...las veces, de sus momentos...no son mas que con el tiempo...
cierta ilusión.
Me quedo con la miel, en cucharadas...y con lo dulce...hasta que llega a mi corazón.
Miel abierta y con paradas...
hasta que solo escucho una voz.
Lo tremendo del viaje, no es el viaje...
es la pasión.
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