Me quedo adormecido,
en el único rincón donde las horas quedan muertas,
y los recuerdos, son tan solo una ilusión, de lo que nunca jamas ha sucedido.
Declaraciones con sangre, ruinas, tierra de cuneta,
Cera caliente derramada, por una cuchara y dentro de mis ojos.
Asfalto de arcilla, cierra bien tus puertas.
El hueco de mi cuerpo, es solo parte,
que se mantiene en pie, por el poco aire que sujeta.
Detrás de la mitad, veo tu figura, dentro de los dos, en un mismo cuadro.
El color, sigue siendo la parte mas gris de mi retina.
Sigo brindando por los dos,
aunque me beba, y siempre sin verte, la amarga ardiente trementina.
Sigue siendo luz, y solo y siempre, misma luz que se apaga.
El llanto termina por secar.
El cuerpo, casi siempre, queda descalzo,
y la única vida, sigue pareciendo...
la mitad de una verdad.
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