miércoles, 21 de marzo de 2018

Nube de cristal

Aparecen como labios y se mecen
las palabras que cantaste  delante de mis ojos.
La boca tuya, y la mente preguntándose si yo te quiero besar,
Compartir una boca para dos es dormir sobre la roca
son dos labios marcados en el filo de la copa
o el perfume de tu aliento, tragado, al beberla sin pensar
al desnudo fiel de la poca ropa.

Me quedo quieto como el pincel
que da sombra a la parte de tu pelo
toda mi propia piel se cubrió de miel
y tu forma, dio caricias a la alfombra
que entre las cortinas me dejo dormido
escuchando la voz que me durmió con el.

Veo amanecer
es la luz la que me cubre con su cuerpo
poco antes de adormecer.

Y el alimento de mis últimos sueños,
y las caricias y los besos que nunca encuentro.


viernes, 16 de marzo de 2018

Pajaros en la garganta

La puerta entreabierta
está a punto de cerrarse.

Lágrimas edulcoradas,
a falta de la poca sal de tu propia sangre.

Quise marchar,
para dejar de ver tus ojos al mirarme.
Ensangrentados de odio y perfumados y
drogados por buen vino y sin pagar.

La mitad, es un decirme y sin pensar.
Pensar en descubrirlo es mas difícil.

Como escupes hacia afuera.

Es veneno de serpiente
sin haber mordido.

La huella de tus dientes
en mis brazos.
Mi cuerpo y mi corazón vencidos.

Paso, cerca de tí
y no te queda el perfume.

Hueles a cadenas,
a hierro enterrándose con miedo
en la arena de una solitaria playa,
cubierta de unas solitarias piedras.

Me quedo tan muerto como tú,
cuando intento entender lo que no entiendo
intentando que lo entiendas tu.

Dejas sin saberlo,
un hueco en ataúd
de los cuerpos que no han muerto todavía
dejándote...solo tú.

Las brisas,
son los silencios que nunca te encuentras
por vivir siempre a escondidas.

Eres, la voz de trueno, 
que llega después de quemar la tierra.

Te quedas,
del invierno la sombra.
De la primavera el frío
que aparece sin pensar
si, si ha dolido.

Miro siempre cerca de las nubes, imaginando...
Espero que tu presencia
no sea mi presente con carencia
que te olvide al marchar.





miércoles, 14 de marzo de 2018

Impronta

La locura es una voz
dentro de la boca
sin saber qué contestar.

El delirio, la espuma alejada de la conciencia
perseguida por raíces etéreas,
que transforman la alegría perfumada
en nubes de algodón y sin pensar.

El placer del corazón es solo sombra, una alfombra que dura como tensa la tortura de amargura olvidando la razón.

Toda esa poesía de un trago la bebí.
Y fueron sus notas suspendidas en el poco aire
las palabras perdidas que me hicieron sonreir.

Vuelvo a la mitad de la mesa escrita.
Y son las voces, las únicas palabras que en la noche me ofrecen de cenar al borde de su plato,
caricias en negrita.

El cuarto oscuro pide luz.
Es la luna de mi cuarto
la que eleva cuerpo al desnudo
y lo clava en esa cruz.

Pido calma,
sin ni siquiera haber despertado.
Me reflejo
entre las lágrimas de la lluvia de la mañana.
Y vuelvo hacia atrás
para dejarme acariciar
entre el pensamiento vivo y lo que quiera contarme la verdad.

Acaricio en fin los vértices,
cuando creo haber visto sin fijarme la parte más amable que baja de la cima
por la rama hacia las hojas 
resbalando por el cuerpo de su tronco
hacia el perfume con sabor de sus raíces.

La mañana me disfraza con su repentino despertar hacia la noche.

La noche siempre me pide su beso
cuando me acerco a dormir.

Son los huesos adormilados
los que se clavan
en la última mirada 
que me incita a vivir.

viernes, 9 de marzo de 2018

Tes

En el tímido rincón, el velo solo quiere asomarse.

Las puertas, cerradas o abiertas quedan muertas,
perfumadas de hambre siendo hambrientas.

Perfumadas de sed, desiertas y asomadas
en el último rincón del espejo
que hizo viejo el rostro de ese mar
que por amarse dejó de respirar
enterrando su cuerpo con la espuma
que no dejo nunca  de mirar.

Todos los espejos se empañaron.

El horizonte nació sin dejarme de mirar.

La luna me mintió, al olvidarse de pensar.

Cuando nada tiene sentido
lucho por estar.

Si el camino es frío, solo quiero caminar.

Si las ramas y las hojas del árbol  se secaron
me devuelvo a corazón para latirme en lo alto
de la copa de su manto escuchando la canción.

Todas las verdades fueron una
y la única verdad
fue la ultima palabra
que con aire se marcho.