viernes, 16 de marzo de 2018

Pajaros en la garganta

La puerta entreabierta
está a punto de cerrarse.

Lágrimas edulcoradas,
a falta de la poca sal de tu propia sangre.

Quise marchar,
para dejar de ver tus ojos al mirarme.
Ensangrentados de odio y perfumados y
drogados por buen vino y sin pagar.

La mitad, es un decirme y sin pensar.
Pensar en descubrirlo es mas difícil.

Como escupes hacia afuera.

Es veneno de serpiente
sin haber mordido.

La huella de tus dientes
en mis brazos.
Mi cuerpo y mi corazón vencidos.

Paso, cerca de tí
y no te queda el perfume.

Hueles a cadenas,
a hierro enterrándose con miedo
en la arena de una solitaria playa,
cubierta de unas solitarias piedras.

Me quedo tan muerto como tú,
cuando intento entender lo que no entiendo
intentando que lo entiendas tu.

Dejas sin saberlo,
un hueco en ataúd
de los cuerpos que no han muerto todavía
dejándote...solo tú.

Las brisas,
son los silencios que nunca te encuentras
por vivir siempre a escondidas.

Eres, la voz de trueno, 
que llega después de quemar la tierra.

Te quedas,
del invierno la sombra.
De la primavera el frío
que aparece sin pensar
si, si ha dolido.

Miro siempre cerca de las nubes, imaginando...
Espero que tu presencia
no sea mi presente con carencia
que te olvide al marchar.





No hay comentarios:

Publicar un comentario