miércoles, 22 de noviembre de 2017

Al amor y a la muerte

Todos quedamos tumbados a final,
y todos, o casi todos nos damos por besados al final.

Quedan, los besos que no has dado
y los cuerpos sin caricia que olvidastes al marchar.

Flores en el agua
un lamento perdido por detrás,
y el silencio oscuro que derrama...
entre la piedra fría
y la ceniza sin gracia en la palma de la mano...
que se deja atravesar.

Ahora estoy desnudo
y tu, pidiéndome la luna
te conviertes en nube
y la atraviesas
por la parte que no cubre
mas que la mitad.

Es sincera una palabra
mas, que las que nunca se escriben
por miedo a derretirse entre la tinta
por miedo a desangrarse con verdad.

Me voy,

acompañado de esa luna que mira

todas mis noches

a través de ese cristal.




En el pueblo dos calles

En el pueblo dos calles
alumbrando, una por orilla.
¿Qué aire, qué viento te acercó,
para cogerme la mano Josefina...
y nunca  jamás soltarme?

El tuyo Manolo
que se metió directo en mis pulmones
acompañado de tu primer beso
que con el último que me diste
me sigue haciendo respirar.

Cuarenta años soñando
dos uves de Victoria en una mano,
la tuya y la mía que agarradas
juntaron a Virginia con su hermana.

Cuarenta años navegando
en barco sobre la tierra
suma la fecha que nos casamos,
Santa María de Don Benito
dice 100, que es la mitad de los años
que quiero seguir junto a tí... a tu lado.

Una palabra
lo cambia todo...
Pasaste la vida en un Banco...
una vida para mí,
es sentarme, en el perfil del otoño
rodeados de sol
mientras me miras a los ojos, y me dices sin decir...
en el tímido parque de hojas secas que se caen
cerca del banco de madera
que sí que me deja sentirte.

Jose Antonio, Manuel,
Mari Tere y Juan Carlos...
sois... las cuatro piernas de ese banco.

Y un amanecer...

Manolo, Rosa La Jabeña...
Paca... Saxo Joaquín
Un: Do, Re, Mi, Fa...
tan sonoro, como que ahora vosotros
por ellos podéis bailar.

Manolo,
Mérida te vistió con su uniforme,
y llevas Galones para dar y tomar
me quedo con el tuyo, me dijo, quien te quiere
antes que con el de Superman.

Bendito Domingo de Junio
de un 17 del año 73.

Me vienen vuestros labios
hablando por los dos
quedaría sentadita en ese banco
cuarenta... y mil años más

La vida, al final, queda en palabras
descifra tu nombre, el mío...
y el de todos los demás.












Laguna

Un brazo medio mordido.
El susurro, en una cama caliente,
la voz gritando en  medio de la nada.

Cuencos vacios.
El cristal de un vaso que rompe en la palma de la mano.
Dulces caricias en la madrugada
y el sentir de una sombra
que desaparece, tan cerca y lejos de la almohada.

La bandeja
derramo su café en la mañana
cristal limpio, sevilleta con peso de cuchara
y empapada...

Flores desaparecidas
flores muriéndose en la puerta
y yo, muriendo con el tiempo
tiempo sin fruto siembra huerta.

Voz a multitud
pensando cada palabra abierta
un segundo a distancia
sangre derramada
dedo de pincel.

Gotas del cielo con la boca abierta
tragos de ansiedad
piel fundida de arena
y versos entre rejas sin salida y sin verdad.

Araña liso espejo
el triangulo de estrella.
Suave luna
hielo a la mitad
laguna de reflejo.

Siento el calor
que me acarcia
delante de mis ojos.

Quiero saltar
rendirme al paso de los locos
y perderme en realidad.

Acaba de nacer la serpiente del otoño
entre las  hojas nocturnas
y el silencio...
de la noche que escondo.







martes, 21 de noviembre de 2017

Me he quedado dormida.
La flor sigue en su sitio, esperando la noche.
La que espera el nuevo dia...
es la vela, que al abrir los ojos...
sigue estando encendida.

Sueño y sin querer, y siempre con las estrellas.
La verdad se ve en la piel,
como el tiempo susurrando junto a ella.

Me dejé latir.

Ha sido el corazón,
el que sintió,
con los ojos bien cerrados...

la timida luz de la canción.

He besado mi pecho
sin llegar a tocar sus labios.

He rozado la puerta
sintiendo un frio,
que paraba corazón
sin parar espacios.

Luna de vela
y siempre lágrima,
guardada en la parte del cojin
que nunca dice nada...

Llueve en  los vasos hacia atrás
como los besos
que espero y siempre...
antes de entrar.

No te das cuenta?
tu corazón es siempre el mío
el mío...que ni sabe a donde va.

Puedo alejarme,
pero quiero que sea
agarrado de tus manos
las que notaron el calor
de ese cuerpo a si mismo.

Te quiero corazón.

Me vuelvo aire, y sin querer...

y te respiro...

te respiro...

Respiro.




domingo, 19 de noviembre de 2017

Manos de rama

Me acerqué. Había una puerta en el jardín y una boca con lágrima. Tu mirada atravesaba la pared y yo, detrás de ella, me perdí en un sueño que jamás quise entender.

Me veo de niño, descalzo, tocando la arena sin playa en una tierra más descalza que mis pies sin zapatos. Había una cueva en el camino y llevaba hacia aquella montaña nuestra que se veía desde la ventana, la del lobo la llamaban. Y qué curioso, porque nunca lo vi. Y sí sentí sus arañazos con el tiempo en la distancia.

Allí me dejé llevar de la mano del abuelo, caminando. Allí solté, junto al aire, sus cenizas cuando ya no estaba. Las suyas en mis manos, también las cenizas de mi abuela. Fue un canto y vi color en aquel cielo sin nubes. El lobo de aquella cueva sin nadie me llamaba la atención. Y dejé que, un poquito, me mordiera. No la mente sino la razón.

Volveré porque aquel camino dejó desnuda mi infancia, muy cerquita de tu brazo. Una fragancia es sentirte caminar sin estar, no estando lejos de tu mano.

Vuelvo porque quiero despertar. Son los sueños acordes en forma de fuego artificial luchando con la voz que no encuentro. Me siento cobarde. ¿Te acuerdas? Si ahora tus besos fueran el aire, me escondería entre ellos y quedaría dormido entre tus piernas, como las noches de Getafe que me invitabas a reír y me pensabas en tu baile. Duérmete niño, duérmete niño, así te espero, como el sofá de mis recuerdos, siendo un niño mirándote a los ojos descubrí que la mesa donde posabas tus gafas fue la mesa que mis manos querían compartir.

Te sueño, Tomás. Te sueño siendo tu nombre mi nombre, mi amigo. Te sueño.

domingo, 5 de noviembre de 2017

Dos hojas

Toda la poesía guardada
es una nota musical dentro del oído.

Quedan
la memoria y el silencio
tatuadas en papel
por la única respiración
que no hace más que acercarse...acercarte
una puerta, una boca...llena de miel.

Una mano para coger un sol
y las ventanas abiertas.
Una luna tan llena como el recuerdo
una luz, por toda la oscuridad del universo.

Camino, hacia los árboles rotos
palpando sus ramas en el suelo.
El agua me cubre los pies
y su voz solo un momento.

Vuelvo, muy despacio, por verte de madrugada.
brillos en el cielo.
Caricia de aire, transparente...y azul
Cierro los ojos, para volverlos a abrir
Cuéntame en dos hojas la novela
mañana sabré de ti.


miércoles, 1 de noviembre de 2017

Dentro del agua

Me regalé una flor esta mañana.
Tiene los pétalos rojos,
y su jarrón es una copa de cristal
de las pocas que me quedan.

La mitad de sus tallos bajo el agua,
son el espejo de la vida... aumentados...
y volviéndose más limpios.

La boca bajo el agua, busca siempre respirar,
al revés que la Rosa
que besa con sus piernas el agua
y se deja crecer
en la parte de su cuerpo que solo el aire toca.

Buscando la luz
como todo el que solo ve sombra
o se asombra cuando no la ve.

Rosa roja... háblame
y dime qué sientes dentro de tu copa
veré qué puedo hacer.